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Mostrando entradas de agosto, 2014

I’m yours tonight

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No te rindas, aún estás a tiempo. De alcanzar y comenzar de nuevo. Aceptar tus sombras, Enterrar tus miedos, Liberar el lastre, Retomar el vuelo. No te rindas que la vida es eso, Continuar el viaje, Perseguir tus sueños, Destrabar el tiempo, Correr los escombros, Y destapar el cielo. No te rindas, por favor no cedas, Aunque el frío queme, Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se esconda, Y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma Aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo. Porque existe el vino y el amor, es cierto. Porque no hay heridas que no cure el tiempo. Abrir las puertas, Quitar los cerrojos, Abandonar las murallas que te protegieron, Vivir la vida y aceptar el reto, Recuperar la risa, Ensayar un canto, Bajar la guardia y extender las manos Desplegar las alas E intentar de nuevo, Celebrar la vida y retomar los cielos.     Porque cada día es un comienzo nuevo, Porque e

Remember how I said I’d come someday baby?

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Me dijo "No volveré a escribir ni una sola línea más sobre ti en mis sábanas blancas". La lámpara sigue parpadeando en aquel rincón recordándome que ya no  me perteneces, jodida pasión intermitente , maldito amor de medianoche.  Hay una taza de café frío sobre la mesa, unos botones de camisa desabrochados, una piel demasiado expuesta. Siempre fue la mía. En el exterior habían 28 grados a la sombra, mientas mi esternón andaba bajo 0. Querida, algo falla, aquello que tenía antes mis ojos debía ser el final.  Desperté de un bofetón de viento y me calcé los tacones,  recordé que alguien me dijo una vez  "L os finales siempre  son el comienzo de algo"  vale, eso quiero pensar. Caminé toda la noche con un puto carrusel en la cabeza  y volví a casa con más gin tonic, como de costumbre.  Se acabó, creo que debo dejar de tocarte,  ayer  me di cuenta que se  me han caído las uñas de tanto hurgarme el alma.

Love can hardly leave the room

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Cada noche cierra los ojos y se hace más dura.     En la misma cama donde se prometió a sí misma     que su tristeza no volvería a tener nombre propio.