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Mostrando entradas de noviembre, 2013

Cómo el amor no transformó el mundo

El tiempo lo cura todo. Otra milonga. El tiempo no cura nada. O cura lo que ya no importa. El tiempo es precisamente lo que nos hiere. Noches en vela. Apatía. Distracciones constantes. Pensar en lo que se dijo, en lo que se va a decir. En lo que se debería haber dicho. Mirar el horóscopo. El tuyo y el de él. Idealizarlo. Ver su rostro en cada rostro. Euforia. Bajones. Hablar sola. No comer. Beber en exceso. Vigilar el teléfono. Autocompadecerse. Hablar de tonterías. Írsete la bola. Pensar en lo que él pensaría. En qué estará haciendo. Con quién. Llorar. Oír canciones tristes. Pensar en no pensar. Pensar en pensar en no pensar. No dormir. No vivir. Eso es lo normal en el desamor. Aunque, en realidad, fue mucho peor. Mucho. Una profundidad peor. Porque era el miedo.

Y entonces decidió marcharse

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Su mirada estaba vacía, casi tanto como lo estaba ella. Como cuando todo lo que quieres lo tienes delante de ti,  pero dista mucho de llegar a pertenecerte.

I’ve gone too far to go back now

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Something tells me good things are coming

How can you stand this?

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Caminaban siempre de la mano por si en uno de los pasos,  uno de los dos se abría camino,  que pudieran irse juntos.

Can't do it no more

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Probablemente ninguno sabía que esos finales nunca tienen final .